4.06.2009

Descartes

PRELIMINARES
La autonomía de la razón implica que ésta es el principio y el tribunal supremo al que corresponde juzgar lo verdadero y conveniente.
El racionalismo se opone al empirismo inglés del siglo XVIII: mientras que el empirismo dice que nuestros conocimientos vienen de de la experiencia y los sentidos, el racionalismo dice que nuestros verdaderos conocimientos de la realidad vienen de la razón.
Estas dos corrientes son dos maneras de enfocar el principal problema que tuvo la ciencia moderna con un método deductivo: a partir de ideas o de experiencias (racionalismo/empirismo).
Respecto del origen de las ideas, la teoría innatista establece que las ideas no son generadas por el individuo ni son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.
Descartes, influido por la geometría euclidiana y su estructura, intenta aplicar la razón también al resto de conocimientos. Su método es:

**MÉTODO**
- INTUITIVA(Axiomas){EVIDENCIA (1º) & ANÁLISIS (2º)}
- DEDUCTIVA {SÍNTESIS (3º) & RECONSTRUCCIÓN (4º)}

En su método refleja que el conocimiento se alcanza por un proceso deductivo (3º, 4º) e intuitivo (1º, 2º).
El punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta. Para Descartes ésta es la duda; la duda metódica, que defiende por:
i) La primera razón para dudar es la inexactitud de los sentidos que a veces nos inducen a error.
ii) No podemos distinguir entre vigilia y sueño.
iii) Puede que exista un espíritu maligno que hace que nos equivoquemos.

La intuición es una especie de instinto natural que nos permite captar objetos sin posibilidad alguna de duda o error.
La deducción es una serie de intuiciones de naturalezas simples conectadas -relacionadas unas con otras-.

1. EL CRITERIO DE CERTEZA
Descartes encontró una verdad absoluta e inbatible: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Mi existencia, pues, como sujeto que piensa, está exenta de todo error y de toda duda posible ("Pienso luego existo"). De esto, Descartes dedujo su criterio de certeza: "todo cuanto perciba con igual claridad y distinción será verdadero y, por tanto, podrá afirmarse con inquebrantable certeza".

2. LAS IDEAS
Para Descartes el pensamiento siempre piensa ideas. Con su "Cogito ergos sum", Descartes introduce una verdad absoluta sobre la que asentar su sistema deductivo. Por otra parte, su postura acerca de dudar de la realidad exterior lleva a que el pensamiento no recaiga directamente sobre las cosas, sino sobre las ideas, ya que para Descartes no se puede demostrar la existencia de tales cosas.
Descartes identifica dos partes en las ideas: las ideas en cuanto que son actos mentales y las ideas en cuanto poseen un contenido objetivo. Como actos mentales, todas las ideas poseen la misma realidad; en cuanto a su contenido, su realidad es diversa.

2.3 CLASES DE IDEAS
Descartes establece tres tipos de ideas:
i) Ideas adventicias: las que parecen provenir de nuestra experiencia externa como
la idea de árbol ("parecen", ya que nos consta la existencia de una realidad exterior).
ii) Ideas facticias: las que construye la mente a partir de otras ideas (idea de un unicornio). Es claro que ninguna de estas ideas puede servirnos como punto de partida para la demostración de la existencia de una realidad extramental.
iii) Ideas innatas: la posee el pensamiento por sí mismo y no son adventicias ni facticias (no provienen de la experiencia externa ni pueden construirse a partir de otras). Proceden del "Pienso luego existo".

3. ESTRUCTURA DE LA REALIDAD
Descartes identifica la idea de Dios con lo infinito y demuestra que la idea de Dios es innata (puesto que no tenemos experiencias sobre Dios -adeventicia-, la idea de infinito no es facticia), según lo cual:
i) La existencia de Dios es demostrada a partir de la idead de Dios: argumento ontológico (San Anselmo) y un argumento basado en la causalidad aplicada a la idea de Dios: la idea de Dios com infinito ha de tener una causa de naturaleza infinita (causada por un ser infinito), luego el ser infinito existe.
ii) La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios: puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe.

Dios no garantiza que a todas las ideas corresponda una realidad extramental; sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento, a partir de las cuales puede deducirse la física (las cualidades primarias).

4. TRES SUSTANCIAS
Descartes distingue tres sustancias: sustancia infinita -Dios-, sustancia pensante o el yo y los cuerpos o la sustancia extensa. Según Descartes, sustancia es toda cosa que existe de tal modo que no necesita de otra cosa para existir. Esta definición aplicada en términos absolutos sólo es válida para Dios, pero Descartes la mantiene por la independencia mutua entre la sustancia pensante y la extensa, que no necesitan la una de la otra para existir.
El objetivo último de Descartes al afirmar que alma y cuerpo, pensamiento y extensión, constituyen sustancias distintas, es salvaguardar la autonomía del alma con respecto a la materia. Esta independencia del alma y el cuerpo es la idea central aportada por el concepto cartesiano de sustancia, en contraposición a los mecanicistas que creían que todo lo que no era alma era máquina.

4.1 RAÍCES ANTROPOLÓGICAS DEL RACIONALISMO (VOLUNTAD)
La filosofía racionalista, si bien se preocupa mucho por el concocimiento científico teórico de la realidad, tiene por su principal intención una honda preocupación por el hombre, por la orientación de la conducta humana, de modo que sea posible una vida plenamente racional.
Esta preocupación es compartida por Descartes, cuyo objetivo último es la solución de un problema antropológico; el de fundar la libertad en la razón, a fin de que su uso racional haga posible alcanzar la felicidad y la perfección humanas.
i) Experiencia cartesiana de la libertad: Descartes separa el alma del cuerpo de una manera más radical aún que lo hiciera el platonismo, considerándolos sustancias autónomas y autosuficientes. De este modo se agudiza el problema de la relación, calificada por Descartes como "combate", entre las partes inferior y superior del alma y la razón y volutad del otro.
ii) Las pasiones: Pasiones son, para Descartes, las percepciones o sentimientos que hay en nosotros y que afectan al alma sin tener su origen en ella. Su origen está en el cuerpo. Las pasiones son: involuntarias, inmediatas y no siempre racionales, es decir, no siempre acordes con la razón. De ahí que puedan significar para el alma una cierta servidumbre: "Las pasiones agitan diversamente la voluntad y así hacen al alma esclava e infeliz".

No hay que rechazar las pasiones y erradicarlas por principio. La tarea del alma en relación con las pasiones consiste en someterlas y ordenarlas conforme al dictamen de la razón. La razón, en efecto, muestra y descubre el bien que, como tal puede ser querido por la voluntad.

iii) El yo como pensamiento y libertad: El yo como sustancia pensante es centro y sujeto del entendimiento y voluntad. La voluntad se caracteriza por ser libre, y la libertad ocupa un lugar central en la filosofía cartesiana:
a) La existencia de la libertad es indudable; según Descartes es "tan evidente [...] que ha de considerarse innata".
b) La libertad es la perfección fundamental del hombre.
c) La libertad nos permite ser dueños tanto de la naturaleza como de nuestras propias acciones.

La libertad consiste en elegir lo que es propuesto por el entendimiento como bueno y verdadero. El somentimiento positivo de la voluntad al entendimiento, que descubre el orden de lo real, procediendo de un modo deductivo-matemático.

5. CARACTERÍSTICAS DEL RACIONALISMO
i) Su ideal de ciencia deductiva siguiendo el modelo matemático.
ii) La convicción de que el ámbito de la razón, del pensamiento, es necesario (necesidad de la razón en las matemáticas).
iii) La convicción de que el ámbito del pensamiento se corresponde exactamente con el ámbito de la realidad.
iv) Menosprecio de la experiencia, ya que el pensamiento por sí mismo es capaz de descurbrir la estructura de la realidad.
v) Recurrir a Dios para garantizar la correspondencia entre el orden del pensamiento y el orden de la realidad.

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