6.26.2009

Kitano Takeshi: antes y después

Durante su infancia y su adolescencia tuvo que enfrentarse al alcoholismo de su padre y a la pobreza de su familia. Según confiesa en uno de sus muchos libros, únicamente los estudios, aprovechando incluso la luz de las farolas por la noche, y un ímpetu enorme le permitieron huir de aquel ambiente e ingresar en la Universidad de Tokio. Ya universitario, descubre la poesía de la vida, esa que tal cruelmente le había tratado, y paulatinamente va sustituyendo sus estudios de ingeniería por paseos bohemios y lecturas filosóficas. Cuatro años después de entrar en la Universidad, Kitano quiere ser comediante. Consigue ser admitido de ascensorista en un teatro francés de Tokio, cargo que desempeña hasta su encuentro con Fukami Senzaburo, director del teatro y que posteriormente retratará como su maestro primero y más grande. Comienza entonces su aprendizaje y al poco nace el grupo Two Beats, formado por Kaneko Kiyoshi y el mismo Kitano. Giras y giras sumadas a su ingenio, elevan la popularidad del grupo lo sufiente como para conseguir retrasmitir sus chascarros desde la televisión pública japonesa -NHK-.


Aunque al principio actúan como grupo, Kitano a veces realiza programas solo, y sintiéndose capaz de continuar en solitario, unos años después de su primera actuación conjunta en la NHK, se separa y emprende definitivamente su carrera sin Kaneko. El desparpajo de sus comentarios se gana a la audiencia y copa las pantallas de los ochenta con programas tras programas, todos igualmente exitosos. Aprovechando sus días libres de programas televisivos, Kitano busca un papel en una película. Consigue uno en la que habría de ser la primera de su amplia filmografía. Después de enfrentarse al director en varias ocasiones, éste renuncia y la película queda parada en espera de un nuevo director. Kitano decide dar el paso y ofrecerse como director - a la par que actor -, sin ser consciente aún de la complejidad de tal puesto. Partiendo del guión reescrito por él, el proceso de grabación continuó sin problemas. El film pasó sin pena ni gloria, pero permitió a Kitano adentrarse en el mundo del cine. Tras Violent Cop habrían de llegar Boiling Point, A scene at the see, Sonatine y Getting Any?, cerrando el primer período de su vida como cineasta y marcando un punto de inflexión en su vida personal. Y es que terminada Getting ..., Kitano cae en una depresión, que regada de alcohol le llevaría a intentar suicidarse con la moto. Aunque no consiguió su objetivo, los daños derivados de la colisión fueron importantes, y muchos temían que nunca volviera a las pantallas al tener paralizado el lado derecho de la cara. Pese a la rehabilitación, las secuelas de aquello aún se pueden apreciar en los tics de Kitano. Pero a raíz del accidente, nace un nuevo Kitano, ganador de un León de Oro con la melodramática Hanabi y autor de otros títulos tales como Kikujiro no natsu, Brother, Takeshi's o Achilles and the tortoise, entre otras, que le han procurado un hueco en el escenario del cine mundial.

6.20.2009

Un último esfuerzo


00:00

Sobre Popper

La ciencia es el medio más fiable que tenemos para descubrir el mundo en que vivimos y, en definitiva, a nosotros mismos. Este, que es el enfoque objetivo de la utilidad de la ciencia, es visto por Popper, filósofo defensor de la falsación, desde el realismo crítico. Esta corriente afirma que la ciencia tiene como meta y misión expresar de forma rigurosa y racional lo que realmente se da y es la Naturaleza; a través de teorías revisables y por tanto refutables. Suposición filosófica en lo referente a la ciencia queda establecida por sus palabras. "Son redes racionales hechas por nosotros mismos y no deben confundirse con una representación completa del mundo real en todos sus aspectos, ni si quiera aunque tengan un gran éxito; ni si quiera aunque parezcan producir excelentes aproximaciones a la realidad". Con esto, nos dice que las "redes" -que son las teorías científicas-, no tienen que ser consideradas como algo absoluto, pues no son más que "aproximaciones" de la realidad. También lo expresado por K. Popper en la frase "las teorías no son sólo instrumentos" nos ayuda a descartar su posible conexión con otra corriente: el instrumentalismo, que argumenta que las teorías científicas son únicamente instrumentos y herramientas para la predicción, y con vistas a la utilidad. Lo que esto viene a significar es que las teoría científicas comparadas con redes, no son el único medio para conseguir el fin que tiene propuesto la ciencia. Con "a lo que aspiramos es a la verdad: contrastamos nuestras teorías con la esperanza de eliminar las que no son verdad", Popper está reafirmándose a favor de la falsación, que defiende que las hipótesis científicas sólo sirven para descartar lo que la realidad no es.

Grados de conocimiento

Historia del Japón antiguo III

Los constructores de tumbas
El período que va desde los siglos III a VII d.C. es conocido como la época de los constructores de tumbas, por las numerosas sepulturas de gran escala datadas en este intervalo de tiempo. Aunque se han hallado numerosas tumbas de este tipo a lo largo de Japón -exceptuando Hokkaidô-, las de mayor tamaño se localizan en la región de Kinki; sobre el centro oeste del país. La concentración de tumbas en esta zona podría estar relacionada con un legendario reino situado en esta zona y mencionado en tempranas crónicas chinas como Yamatai, que estaba gobernado por una reina sacerdotisa: la reina Himiko. Haciendo caso a las mismas crónicas, por esas fechas Japón estaba constituido por numerosos estados enfrentados entre sí. Además, nos asegura que Himiko vivió entre el 180 y el 248 de nuestra era. Durante su largo mandato, envió embajadores a China y combatió a los estados insurgentes del sur. En referencia a las sepulturas, generalmente se componen de un pasadizo que conecta el exterior con la cámara mortuoria, todo cubierto por un montículo de dimensiones considerables, como el del emperador Nintôku, de 35 metros de altura y 486 de largo. Su volumen total rivaliza con el de las pirámides de Egipto. De su existencia podemos evaluar la consolidación de un poder fuerte, sobre todo en la zona de Kinki, al que muchos historiadores le atribuyen un origen de carácter monárquico, capaz de dirigir esfuerzos y sufragar tales construcciones. Un hecho a destacar es la forma que muchas de estas edificaciones adoptan: de ojo de cerradura.


Comúnmente, además, estaban rodeadas de un foso o "shugo", contaban con terrazas en puntos periféricos del montículo sepulcral que según se creen, servían para realizar las tradiciones religiosas y , bajo la parte más alta, una cámara de piedra para acoger al difunto dentro de un sarcófago de madera o piedra junto con los más variados objetos; espejos rituales, miniaturas de piedra y metal, armaduras, armas y cerámicas. Sin olvidar las figuras de terracota que rodean a los enterramientos. Éstas pueden adoptar las más variadas formas: chamanes, guerreros, barcos o caballos. Según las fuentes mitológicas, el empleo de las "haniwas" tuvo su origen en el enterramiento del hermano de un emperador. El difunto fue sepultado junto con sus criados, los cuales murieron tras días de inanición para que lobos devoraran sus restos. Impactado por tal crueldad, el emperador ordenó reemplazar a los sirvientes por miniaturas de barro. Desde entonces parece consolidarse el empleo de las figuras antropomorfas, cuyos atuendos y formas de hacen pensar en una oleada de pueblos ecuestres provenientes de Corea hasta Japón entre los siglos V y VI. Idea reforzada con el hallazgo de estribos, sillas y huesos equinos en muchas tumbas de esta época, ligados a una cultura ecuestre que bien podría tratarse de grupos aislados que llevaron los conocimientos de la monta para ser adoptados por caciques locales a fin de afianzar su supremacía.

Historia del Japón antiguo II

En busca de los cultivadores del arroz: la huella de los Yayoi (300 a.C.-300 d.C.)
La llegada de los Yayoi marca un punto de inflexión en el proceso de desarrollo del pueblo japonés, con la introducción del cultivo del arroz. Con las técnicas arroceras también se importaron las diferentes herramientas necesarias para su desarrollo, como hoces de piedra y arados de madera además de una alfarería más evolucionada técnicamente hablando -pero con una menor expresividad-. Los restos conservados y sus localizaciones temporales parecen apuntar a continuados asentamientos de pobladores provenientes de Corea como los causantes del inicio del cultivo arrocero en Japón. Sería la incorporación de estas técnicas, en un principio como otro complemento más en la variada dieta Jômon para con el tiempo ir ganando terreno en detrimento de ciertos alimentos, la que abocó a los pobladores Jômon al sedentarismo. En un primer momento, el cultivo del arroz se circunscribió a pantanos y zonas ya de por sí humedas, aunque con posterioridad alcanzó lugares más bien secos que fueron preparados a tal efecto usando conocimientos más avanzados. De esta forma se pasó de una actividad de subsistencia con recolección de frutos y pesca a una de cierta opulencia capaz de dar alas al asentamiento de relaciones comerciales entre diferentes comunindades, si bien las excavaciones arqueológicas parecen descartar la existencia de dinero por aquel entonces.


Prueba de esta evolución son las ruinas de Toro, en la prefectura de Shizuoka, cerca del Mar Interior. Data de entre el 100 y el 300 d.C. El conjunto está constituido por varias casas con techumbre paja, arrozales y algunos graneros también con techo de paja y elevados sobre pilotes de madera. Allí mismo se han encontrado utensilios de madera y metal y cuchillos de piedra. Queda de relieve que la Yayoi era una sociedad colectiva de unas pocas familias o clanes viviendo en comunidad. Cada clan estaba ligado a una divinidad del cual se encargaba el jefe de la comunidad. Los clanes son conocidos como "uji". También por estas fechas llegó a Japón el conocimiento de la s técnicas metalúrgicas del bronce y el hierro. Así se explican las numerosas campanas y armas de bronce con un uso aparentemente ceremonial, encontradas básicamente en Kyûshû y Seto Naikai -Mar Interior-. Por todo ello, podemos hablar en conjunto de una sociedad "renovada" con la mezcolanza de grupos venidos desde Corea, muy probablemente como resultado de las turbulencias continentales, especialmente en China tras las conquistas Han y Ch'in. Paralelamente a estos asentamientos foráneos en la zona sur de Japón, se produce un lento pero continuo confinamiento de los Jômon del norte de Honshû que aún desconocían las técnicas de cultivo y metalurgia de los Yayoi. Estos grupos del norte pasaron a ser conocidos como "Emishi". La paulatina absorción de las costumbres Yayoi llegó a los ritos funerarios: empiezan a distinguirse los enterramientos según la importancia del difunto, cosa que con los Jômon primigeneos no ocurría. Además, mientras que con los Jômon los cementerios se situaban dentro del propio poblado, con los Yayoi éstos se localizan fuera de las zonas habitadas y los enterramientos pasan de simples oquedades a ataúdes compuestos de dos vasijas de cerámica enfrentadas y acompañadas de utensilios. Podrían ser estas tumbas las precursoras de los gigantescos túmulos del período Kofun, o de las tumbas, cuyos ejemplos podemos ver especialmente por la llanura de Kanto y cercanías. La más famosa de ellas se encuentra en la región de Ôsaka; la del emperador Nintôku. Tiene forma de ojo de cerrafura y un volumen superior al de la pirámide de Gizeh.

Historia del Japón antiguo I

Los albores de Japón (10.000-300 a.C.): tras los rascacielos de la prehistoria nipona
De muchos son conocidos ejemplos arquitectónicos japoneses más o menos modernos; quién no ha visto alguna foto de edificios como el majestuoso Pabellón de Oro o Kinkakuji, la granate Torre de Tôkyo o el imponente Hôryû-ji. Éstos podrían resultar familiares en cuanto se inspiran en la arquitectura china, pero , por sorprendente que parezca, hace más de 5000 años, encontramos en tierras japonesas lo que podría caracterizarse como precursores de "rascacielos". En la ciudad de Aomori de prefectura homónima, se hallan las ruinas de Sannai-Maruyama. Constituidas por más de una veintena de edificaciones de madera, de las que aún se observa la esbelta figura que sus postes y travesaños dibujan en el horizonte. Datada en el período Jômon, son la prueba de que ya por entonces existía una sociedad evolucionada y jerarquizada, capaz de cooperar más allá de una mera subsistencia. De estos pobladores conocemos, gracias a los restos encontrados en las inmediaciones, que eran cazadores recolectores y que también poseían ciertas nociones de pesca por los montones de conchas allí depositados. Concretando y según lo comentado anteriormente, los pobladores Jômon se alimentaban de frutas, raíces de árboles y plantas, frutos del bosque, pescado, mariscos y carne -principalmente de ciervos-. La dieta tan variada responde a la concentración de moluscos en las zonas costeras, derivada de un aumento en la temperatura del planeta durante esas fechas. Unido al calentamiento del globo, su destreza con la cerámica fueron hechos vitales para su supervivencia.


Gracias a los conocimientos en alfarería, los Jômon supieron almacenar los alimentos que en un determinado momento podían sobrarles a la par que mejorar las técnicas de cocción. Es obligado hacer notar la vitalidad de su productos de cerámica, con unas formas originales y aún si fuera poco, con el sello inconfundible Jômon: las marcas de cuerda, de donde proviene el nombre "Jômon" -marca de cuerda-. También están presente los utensilios de alferería en los enterramientos Jômon y en el ámbito espiritual, con numerosas representaciones de figuras de animales y de mujeres embarazadas, tal vez diosas de la fecundidad. Incluso se han encontrado círculos de piedra con un eminente sentido religioso.